Tener un bebé cambia todo, especialmente la
capacidad para descansar bien durante la noche. Ten en cuenta organizar un
horario para ti y tener momentos descanso con estos sencillos consejos.
Te destacas en el arte de amamantar al bebé,
conquistaste la butaca para el automóvil y corres para cumplir con la rutina de
sueño generalmente demandante de tu bebé (¡Sí, lo amamantaste a las 3 a. m.!).
Y, al igual que todas las mamás primerizas, probablemente estés un poco
cansada. Incluso si tu pequeño continúa despertándose de noche, es posible
recuperar para ti algo de todo el sueño tan necesario. A continuación, te
indicamos cómo puedes crear tu propia rutina para descansar:
Duerme cuando tu bebé duerme siesta.
Es importante incluir períodos de descanso a lo largo del día, especialmente en los primeros meses de tu nuevo bebé, cuando se despierta cada dos a tres horas para el amamantamiento. El lavado de la ropa y los platos pueden esperar: El horario de la siesta es el momento para que tú también puedas atrapar al escurridizo descanso. Intenta dormir siesta más temprano durante el día en lugar de las noches, y asegúrate de estar despierta para las 4 p. m. De esta manera, tu cuerpo estará preparado para relajarse cuando estés lista para ir a dormir.
Es importante incluir períodos de descanso a lo largo del día, especialmente en los primeros meses de tu nuevo bebé, cuando se despierta cada dos a tres horas para el amamantamiento. El lavado de la ropa y los platos pueden esperar: El horario de la siesta es el momento para que tú también puedas atrapar al escurridizo descanso. Intenta dormir siesta más temprano durante el día en lugar de las noches, y asegúrate de estar despierta para las 4 p. m. De esta manera, tu cuerpo estará preparado para relajarse cuando estés lista para ir a dormir.
Sal y ponte en movimiento.
El ejercicio es saludable para ti y tu bebé, y puede ayudarte a dormir mejor de noche. Además, el aire fresco ayudará mucho a las mamás a sentirse con más energía. Intenta programar una caminata diaria cada mañana entre las comidas del bebé.
El ejercicio es saludable para ti y tu bebé, y puede ayudarte a dormir mejor de noche. Además, el aire fresco ayudará mucho a las mamás a sentirse con más energía. Intenta programar una caminata diaria cada mañana entre las comidas del bebé.
Hazte amiga del biberón.
Si decidiste amamantar y está resultando bien, pregúntale al médico si podrías intentar incorporar el biberón (habitualmente entre las cuatro o cinco semanas). Puedes extraer tu propia leche y tenerla lista para que tu pareja o tu empleada puede ocuparse de la alimentación a las 3 a. m. mientras tú recuperas el sueño reparador ante de tu próximo turno.
Si decidiste amamantar y está resultando bien, pregúntale al médico si podrías intentar incorporar el biberón (habitualmente entre las cuatro o cinco semanas). Puedes extraer tu propia leche y tenerla lista para que tu pareja o tu empleada puede ocuparse de la alimentación a las 3 a. m. mientras tú recuperas el sueño reparador ante de tu próximo turno.
Crea un ambiente tranquilo.
Cuando estás ocupada las 24 horas del día, los 7 días de la semana, es difícil relajarse. Tener un bebé te pone alerta de manera constante y estás con los nervios de punta con la adrenalina de estar agotada. Para llamar al sueño más fácilmente, acuéstate en una habitación fresca y oscura. Intenta usar una máscara para los ojos, escuchar un ruido blanco o música suave. Permitir que tu pequeño duerma contigo puede ser tentador, especialmente si lo estás amamantando tarde a la noche, pero descansarás mejor si tu nuevo bebé duerme en un moisés junto a tu cama o en la cuna. Con el tiempo él aprenderá a autoconsolarse y tú te asegurarás mayor tiempo de sueño sin interrupciones.
Cuando estás ocupada las 24 horas del día, los 7 días de la semana, es difícil relajarse. Tener un bebé te pone alerta de manera constante y estás con los nervios de punta con la adrenalina de estar agotada. Para llamar al sueño más fácilmente, acuéstate en una habitación fresca y oscura. Intenta usar una máscara para los ojos, escuchar un ruido blanco o música suave. Permitir que tu pequeño duerma contigo puede ser tentador, especialmente si lo estás amamantando tarde a la noche, pero descansarás mejor si tu nuevo bebé duerme en un moisés junto a tu cama o en la cuna. Con el tiempo él aprenderá a autoconsolarse y tú te asegurarás mayor tiempo de sueño sin interrupciones.
El sueño afecta directamente tu estado de
ánimo y el nivel de energía, así como la habilidad para perder el peso ganado
en el embarazo, lo que hace que la coordinación de períodos de descanso no sea
una tarea difícil para ti y tu nuevo bebé. Si te sientes bien,
estarás mejor preparada para manejar las demandas diarias de tener un bebé y
tendrás mayores probabilidades de tomar decisiones que beneficiarán al
desarrollo de tu hijo a largo plazo.
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