Calma el llanto de tu bebe

¿Qué nueva mamá no tiene un bebé que llora en sus brazos en algún momento? Aprender a calmarlo a cualquier edad los hará sentir mejor a ambos.
Los pañales mojados, los gases una rodilla pelada, irnos del parque; todas estas son situaciones comunes que casi seguro terminan en el llanto del bebé o el niño pequeño. Todas las mamás intentan calmar las lágrimas, independientemente de la edad del niño, pero la clave para calmarlas es aprender algunos trucos inteligentes. A continuación encontrarás las mejores maneras para calmar a un niño gruñón.
Calmantes para bebés
Una vez que te aseguraste de que el pañal del bebé esté limpio y que haya hecho provecho y no tenga hambre, considera lo que lo rodea. Algunos bebés lloran por sobreestimulación, como entre una multitud de gente, pilas de juguetes o sonidos muy fuertes. Si tu bebé llora, tómate un tiempo para estar con él y busca un lugar calmo para cargarlo y hacerlo dormir. Los abrazos reconfortantes, una voz calma o incluso una canción de cuna tranquila ayudarán mucho a calmar al bebé. También podrías intentar ofrecerle un chupete para ayudarle a relajarse o a hacerle dormir una siesta.
Calmantes para niños pequeños
El lenguaje del niño pequeño está en pleno desarrollo (en este momento conoce alrededor de 50 palabras), pero aun así hay momentos en los que no puede expresar lo que necesita. Los pequeños pueden frustrarse fácilmente, por eso, la distracción generalmente es la mejor táctica para calmarlos. Ofrecerle un juguete nuevo, un bocadillo o llevarlo a otra sala para cambiar el ámbito. Los berrinches de los pequeños requieren frases concisas y directas, como "hora de dormir" o "terminó la hora de jugar". Procura que tus palabras sean simples (las largas discusiones acerca de por qué ocurre algo simplemente superarán su nivel de entendimiento), y no olvides agregar abrazos y besos.
Calmantes para niños en edad preescolar
La hora de dormir, el final de una sesión de juego o el anhelo de un juguete nuevo pueden desencadenar lágrimas eternas en un niño en edad preescolar. Comprueba que no tenga hambre o que no quiera simplemente acurrucarse, asimismo, dale una explicación simple de la situación. Si esto no ayuda, puede que debas ignorarlo por un momento. Mantente calma y no te sientas tentada de seguirle la corriente. Si nada parece funcionar, puedes llevártelo del lugar.

Sin importar la edad del niño, las lágrimas siempre son difíciles de ver. Si te encuentras con que no puedes con otro berrinche, pide ayuda. Tu esposo, tu madre o un amigo estarán gustosos de participar y calmar el llanto de tu bebé durante un rato. Y recuerda, el día de mañana se olvidará todo el llanto.

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